PERIQUITA
De Dafne Casoy

Ya falta poco para llegar. Me duele la cola de estar tantas horas sentada. Tengo los pies torcidos por todos los bolsos que metió mi mamá en el auto; contra mi apéndice golpea en cada pozo el nuevo televisor color con el que pienso adueñarme del canal de dibujitos durante todo el verano. Por ser la más chiquita, siempre me toca el lugar m·s incómodo. A mi abuelo se lo ve contento, sin ninguna sombra de las preocupaciones de la fábrica; las dejó bien atrás, antes de subirse al barco. Mamá toca bocina a modo de saludo y mi abuelo le aprieta la mano encima para que suene una pequeña canción. Sale el jardinero a recibirnos y reparte besos con su cara sudada por el trabajo que acaba de interrumpir.
Entre todos bajan las cosas del auto, los dejo con la impunidad de mis seis años y corro hasta el jardín. (1)Busco entre los árboles. Nada. (2)Corro hasta las reposeras. Nada. (3)En un rincón mi abuelo, con el ceño fruncido, charla con Luis, el jardinero. Parecen malas noticias pero sólo lo entenderñe mñas tarde. Corro hacia ellos y le pregunto a Luis por Periquita, mi perra adorada, para recorrer el jardín subida a su lomo.
No es Luis quien responde, sino mi abuelo. Me avisa que Periquita está encerrada en el baño y que en un rato va a salir.
Tengo un montón de amigos en la cuadra a quienes quiero correr a saludar pero primero quiero ver a Periquita. Pasa el tiempo y no sale. Ya no recuerdo por qué no voy hasta ahí a abrirle la puerta o, al menos, a verla de lejos. A pesar de mis seis años, seguramente intuyo que algo que no marcha bien. Pero es imposible.
Mi abuelo no me miente. …
(1) Fue quien discutió con toda la familia para que desde chica supiera que estoy anotada trece días después de mi nacimiento, a pesar de que todos creían que esa información sólo podría complicarme y no cambiaba en nada;
(2) quien se animaba a contarme las cosas más tristes con palabras pacíficas;
(3) quien siempre me habló como si fuera adulta.
Lo que más bronca me da es que me dejó demasiado rápido, de una muerte injusta, sólo dos años después, y no me dio tiempo de recriminarle que no confió en nuestro vínculo, tan sincero, para decirme que Periquita se había escapado.
Y con ella, se escapó una imagen, quizá demasiado perfecta, que yo tenía de mi abuelo.


Análisis:

1-
SITUACION: viaje
POBLACIÓN de OBJETOS: pistas espaciotemporales que permiten imaginar un entorno y suponer un
ESTATUTO: personajes y sus vínculos, determinado medio social y determinada época.


Ya falta poco para llegar. Me duele la cola de estar tantas horas sentada. Tengo los pies torcidos por todos los bolsos que metió mi mamá en el auto; contra mi apéndice golpea en cada pozo el nuevo televisor color con el que pienso adueñarme del canal de dibujitos durante todo el verano. Por ser la más chiquita, siempre me toca el lugar m·s incómodo. A mi abuelo se lo ve contento, sin ninguna sombra de las preocupaciones de la fábrica; las dejó bien atrás, antes de subirse al barco. Mamá toca bocina a modo de saludo y mi abuelo le aprieta la mano encima para que suene una pequeña canción. Sale el jardinero a recibirnos y reparte besos con su cara sudada por el trabajo que acaba de interrumpir.

2-
SUCESO: búsqueda de Periquita.
REPETICIONES RÍTMICAS: regla del tres, la tercera es la vencida, la sospecha.

Entre todos bajan las cosas del auto, los dejo con la impunidad de mis seis años y corro hasta el jardín. (1)Busco entre los árboles. Nada. (2)Corro hasta las reposeras. Nada. (3)En un rincón mi abuelo, con el ceño fruncido, charla con Luis, el jardinero. Parecen malas noticias pero sólo lo entenderñe mñas tarde. Corro hacia ellos y le pregunto a Luis por Periquita, mi perra adorada, para recorrer el jardín subida a su lomo.


3-
ACTO: mentira del abuelo
REPETICIÓN de la mentira como saber olvidado.

No es Luis quien responde, sino mi abuelo. Me avisa que Periquita está encerrada en el baño y que en un rato va a salir.
Tengo un montón de amigos en la cuadra a quienes quiero correr a saludar pero primero quiero ver a Periquita. Pasa el tiempo y no sale. Ya no recuerdo por qué no voy hasta ahí a abrirle la puerta o, al menos, a verla de lejos. A pesar de mis seis años, seguramente intuyo que algo que no marcha bien. Pero es imposible.

4-
REPETICION del estatuto probado en una situacion anterior, casi una invocación para que la situación no cambie: tres pruebas de sinceridad del abuelo (la tercera es la vencida) y, de paso, nos anuncia la muerte futura (escaparse, morir, desaparecer).

Mi abuelo no me miente. …
(1) Fue quien discutió con toda la familia para que desde chica supiera que estoy anotada trece días después de mi nacimiento, a pesar de que todos creían que esa información sólo podría complicarme y no cambiaba en nada;
(2) quien se animaba a contarme las cosas más tristes con palabras pacíficas;
(3) quien siempre me habló como si fuera adulta.


5-
EFECTO DEL ACTO: cambio de estatuto, de niña a adulta de verdad, conocimiento de la muerte y descreimiento.

Lo que más bronca me da es que me dejó demasiado rápido, de una muerte injusta, sólo dos años después, y no me dio tiempo de recriminarle que no confió en nuestro vínculo, tan sincero, para decirme que Periquita se había escapado.

6-
CONCLUSION:

Y con ella, se escapó una imagen, quizá demasiado perfecta, que yo tenía de mi abuelo.



RESUMEN:

SITUACIÓN, ESTATUTO, PRESUPUESTOS: sinceridad
SUCESO: la perra se escapa
ESTADO: duda, sospecha
ACTO: mentira del abuelo (acto que preanuncia su muerte)
EFECTO: ruptura de la imagen
SENTIDO: fin de la infancia
CONCLUSIÓN: muerte del abuelo cuando se dejó de creer en

Comentarios

Hebe Solves dijo…
ESQUEMA DEL RELATO
FUNDAMENTACION

Según la linguista Beatriz Lavandera, la estructura mínima del relato se encuentra presente en la comunicación oral cotidiana y se caracteriza por algunas funciones:
• Ubicación espacio temporal
• La acción se complica y se revela el conflicto
• Alguien comete un acto, que produce
• La resolución del conflicto
• Conclusión

Teniendo en cuenta que estos momentos o funciones suponen una
SUCESION TEMPORAL
que implica
SECUENCIAS
y que esas secuencias también son períodos de tiempo (tiempos dentro del tiempo del relato)
se me ocurrió proponer un esquema mínimo privilegiando las pistas temporales
y relacionarlas con los cambios provocados, yendo de la:
• SITUACION al
• SUCESO y del SUCESO (pueden ser varios sucesos encadenados, en sucesión) al
• ACTO y del ACTO al
• EFECTO y del EFECTO al
• SENTIDO (generalmente, el sentido -o mejor, la multiplicidad de sentidos posibles- es ambiguo o está implícito y se deduce por una digresión fuera de la línea del tiempo, donde se escucha la voz del narrador).


Por otro lado, Todorov considera que todo relato define los siguientes universos de significación:
• ESTATUTO
• ESTADO
• ACTO
• NUEVO ESTATUTO
Sostiene que el ACTO no es una acción cualquiera, sino la acción que cambia el ESTATUTO.
Por ejemplo, las secuencias abundan en acciones sucesivas, pero solo una de ellas hace que las cosas cambien, es el ACTO.

Aquí ya no tenemos en cuenta la temporalidad sino la
CAUSALIDAD
que corre paralela a la línea temporal.
Se entedería más si contáramos una crónica de sucesos sueltos, sin relación entre sí, pero que pasan uno detrás de otro. No habría relaciones de causa efecto y no habría relato.
Pero la estructura del relato está tan presente en todos (de forma inconsciente) que, salvo raras excepciones, cuando propongo una crónica de sucesos vividos como ejercicio de Taller, casi siempre aparecen causas de un conflicto; estados diversos; un acto provocado por ese estado y efectos que cambian el estatuto inicial.
Todo esto es lo que estoy analizando en los textos de Otrospretextos.

En relidad, lo que desncadena el movimiento (o sea el tiempo) suele ser que el ESTATUTO generalmente tiene una falla o alguien comete una trasgresión y esa ruptura del orden ideal (el suceso) causa un
ESTADO, que a su vez, provoca que alguien cometa o emprenda un
ACTO que tiene
EFECTOS y modifica el ESTATUTO.

Por otro lado, la CAUSALIDAD es un orden fuera de lo temporal y organiza la TRAMA.
En el cuento, la trama está presente aunque no estén representados todos los momentos que estuve analizando. Una mínima relación encadenada de causas y efectos determina un conflicto y el relato aspira a su resolución, el fin.
Cuando el que escribe se imagina una escena muy pronto aparece la necesidad de que "pase algo" y el mecanismo se pone en movimiento. En el taller presencial, a menudo los veo escribir a todos y cada uno hasta que ponen un punto final con un gesto de satisfacción. Esto sucede a menudo; aunque luego se continúe escribiendo el mismo texto, hay un orden interno que nos lleva a concluir el recorrido temporal y entrar en un silencio, el punto final.

Además, en estos análisis incorporaré la noción de "regla de tres" que proviene de la investigación de los relatos tradicionales que hizo Propp.
La regla de tres implica una repetición rítmica que va aumentando la intensidad de lo que se cuenta, es una serie graduada: aunque fuera exactamente lo mismo, al suceder por segunda vez, el hecho ya se enfatiza. Lo mismo pasa si esuchamos una percusión monótona: terminamos por oir acentos, ritmo, diferencias.
Generalmente, tratándose de sonidos significativos (lenguaje) lo que está en la tercera posición y se repite, cambia, es una variación semejante a la de los acentos musicales, pesa, habla de algo distinto: una ruptura de la serie: "pasa algo."


Pero... ¿qué es lo que diferencia un relato oral, de los muchos que nos contamos permanentemente, o un relato periodístico, que suele presentarnos la versión de un hecho, de un relato literario?
Para mi modo de ver, la diferencia es la multiplicidad de sentidos.
Por eso, la realización del esquema narrativo no produce, forzosamente, un texto literario.
Lo literario sería el énfasis y la selección de componentes que lo provocan, de modo tal que el sentido se pone en evidencia, se sugiere, más allá de la conclusión de la historia fundada en el final del conflicto.
Pero hay algo más. Según Bachelard, hay en la representación un plus de goce. Utilizo acá otro concepto que es discutible, el de representación, porque descarto que en la misma escritura de la escena inicial, con una selcción intuitiva de objetos y personajes, hay ya una representación espacio temporal que expresa un clima subjetivo.
Pienso que la representación puede ser realista o fantástica, según obedezca a una lógica de lo verosímil, si se construye respetando los presupuestos lógicos que se sustentan en experiencias comunes, o inverosímil, si introduce un lógica fantástica vinculando causas y efectos no admisibles por el sentido común.
Pero también puede sustentarse en la lógica del absurdo, o de la maravilla, que rompe esos mismos prespuestos.
Y aún más: eludir la representación y exaltar la capacidad de representar la palabra oral que tiene la escritura, creando juegos de palabras, figuras, secuencias, ritmos, versos.
Pero de uno u otro modo, siempre podrá producir ese plus que describe Bachelard y que se relaciona con la belleza, o con la exaltación, la revelación de algo oculto y entrañable.
¿Por qué una escenas tienen más poder de pregnancia que otras? ¿Por qué expresan con más precisión ese mundo imposible de decir que busca expresarse en lo literario?
Yo no podría decir nada sobre esto En Bachelar hay cierta explicación psicológica y fenoménica. Pero el suyo es solo uno de los puntos de vista para entender el fenómeno.
Por mi parte, creo que el escritor que indaga en su imaginería de modo intuitivo, dejándose llevar por el azar, tiene más posibilidades de descubrir ese lenguaje inédito que lo libera y nos libera del discurso estereotipado del sentido común. Y eso sería tal vez motivo de goce: la libertad.

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