Entradas

Mostrando las entradas de 2005

Postproducción

Les acerco un texto que muestra un punta de los debates actuales sobre la creación artística y literaria. Una renovada querella de las interpretaciones Estamos viviendo -como sucedió en otros momentos bisagra de la historia, en medio de una querella de las representaciones que tiene su centro en una guerra jurídica (de la cual debates como creative commons o los digital rights management) son la punta del iceberg. Aun en la confusión de sus nuevos formatos, el arte representa un contrapoder, no tanto porque sea tarea de los artistas denunciar, militar o reivindicar, sino porque todo arte es comprometido. En nuestra vida cotidiana (en el capitalismo de ficción que nos rodea -pasados los de producción y de consumo -como bien acuño la distinción Vincent Verdu en El estilo del Mundo ) el imaginario colectivo esta codificado por fuentes distribuidas de poder. Lo que hace el arte es brindarnos contraimagenes. Frente a la abstracción económica que desrealiza la vida cotidiana, los

La escena

Imagen
Introduzco un texto realizado en el Taller Virtual, con la intención de comentar algunos procedimientoes en juego: “Caminaba por la playa mirando la arena. Siempre me gustó encontrar caracoles de formas diversas. Una tenue brisa revolvía el vestido de verano que me había puesto sobre el traje de baño. El atardecer era fresco y había poca gente cerca. Iba pisando ese mullido suelo que dejan las olas cuando se retiran. Un suelo que parece firme y liso, y al hundir el pie se ablanda como cemento fresco.(paralelismo con la ciudad) Me resultaba agradable que el agua bañase mis pies. Después quedarían blancos y tersos: ”Un baño de espuma de mar para sus pies”; era un buen eslogan para un pedicuro (paralelismo que produce un efecto de distanciamiento antiromántico combinando el paisaje, tradicionalmente poético –y turístico-, con lo útil y corporal). De repente, un brillo nacarado me sacó del ensimismamiento. Era una perla, sí, sí, una perla. (énfasis por repetición) Lo primero qu

El tiempo del sueño y la causalidad

Transcribo algunos cuentos cortos, fantásticos, relacionados con el sueño. Están tomados de "El libro de los sueños", antología hecha por Borges. En el primero, es interesante la fragmentación del espejo y la falta de uno de los fragmentos. Recuerda el mito de Osiris. Estos minirelatos son ejemplos de ruptura de la causalidad dentro de los presupuestos lógicos. El tema se trata en otro texto de este blog, el de Antonio Di Benedetto. Sin boca Antonio Di Benedetto “Espejismos”, 1967. Al loco se le rompe el espejo. Busca su cara pasando la mano por delante, donde antes la veía reflejada. No la encuentra. Sobre una mesa, fragmento a fragmento, recompone el espejo, que queda casi completo, menos un sector que se pulverizó. El loco se mira y ve su rostro, pero no la boca (falta esa parte del espejo). Desde entonces, nunca más habla. Sueño curioso Francisco Acevedo “Memorias de un bibliotecario” 1955. Mi sobrino Miguel, que tendría cinco o seis años, estaba sentado en el suelo,

El tiempo cíclico y el tiempo lineal

En este poema el tiempo es el tema. La salida del sol: un suceso reiterado, que opone el tiempo histórico, en el que los sucesos no se repiten, al tiempo cíclico de la naturaleza. Los "objetos" en que se encarna el día crean escenas puntuales, locales, un mundo imaginario, caduco y duradero (en la memoria), como "el adiós humano". Cada cosa presentada pide ternura, parece despedirse. El paralelismo con el informe meteorológico tiene el humor de toda la poesía de Groppa, que nombra al mundo como si acabara de descubrirlo. TARJETA POSTAL Con noticias de la Poesía y del estado del Tiempo. De Néstor Groppa, Jujuy, Argentina Sale todos los días Por el Este de la ciudad. Despabila sus barrios, Sus lluvias galanas, Sus soles sostenidos por el aire Y derramados. Hay veces que asombra Como un fuego de San Telmo O el brinco azul de San Santiago Donde están las petacas Con monederos reales Y perlas desvanecidas y raptadas por el aire colonial En perennidad. Todos los día sale

Cortazar y el tango...

Un cuento fantástico destruye la continuidad del tiempo cronológico y explora otros tiempos posibles. Siempre roza el mito, en este caso, la realización del paraíso en la tierra. La condición de lo fantástico es el contraste: se trata de presentar con gran precisión y verosimilitud una sucesión temporal de hechos cotidianos y romper la lógica de lo posible con un fenómeno extraordinario, sin causalidad conocida. Por supuesto, no se ofrece el relato para ser creído, sino para imaginar, sentir, comprender, gustar, pensar. Las puertas del cielo A las ocho vino José María con la noticia, casi sin rodeos me dijo que Celina acababa de morir. Me acuerdo que reparé instantáneamente en la frase, Celina acabando de morirse, un poco como si ella misma hubiera decidido el momento en que eso debía concluir. Era casi de noche y a José María le temblaban los labios al decírmelo. —Mauro lo ha tomado tan mal, lo dejé como loco. Mejor vamos. Yo tenía que terminar unas notas, aparte de que le había prom

La biblioteca de Benjamin

Buceando en internet di con otro blog que tiene a la literatura como protagonista, en el cual encontré un extracto interesante sobre un escrito de Walter Benjamin. El blog es www.tomashotel.blogspot.com, y el texto de Benjamin se titula "Desembalo mi biblioteca (discurso sobre la bibliomanía)" (1931) y es el que sigue a continuación. - "(...) Al escribir este texto (...) me interesa sobre todo hacerles sentir la relación que liga a un bibliófilo con sus adquisiciones, de procurarles una visión menos sobre una colección que sobre la actividad misma de coleccionar (...)". - "(...) ¿Qué es una biblioteca, sino un desorden donde el hábito ha sabido instalarse tan bien que puede revestir la apariencia de un orden? Ustedes han oído hablar de personas que se han enfermado por perder sus libros, que llegaron al crimen para obtenerlos. Pues justamente en este reino -la pasión de coleccionar- un orden no es sino un juego de equilibrio por encima del abismo. (...) De hech

Lo imborrable, de Juan José Saer

(fragmento) "Pasaron, como venía diciendo hace un momento, veinte años: anochece. Día tras día, hora tras hora, segundo a segundo, desde que, por entre sus labios ensangrentados me expelió, inacabado, a lo exterior, esto no para, continuo y discontinuo, a la vez, el gran flujo sin nombre, sin forma y sin dirección —pueden llamarlo como quieran, da lo mismo— en el que estoy ahora, bajo los letreros luminosos que flotan, verdes, amarillos, azules, rojos, violetas, irisando la penumbra en la altura sobre la calle, en el anochecer de invierno.Y encima, más que seguro, en estos tiempos, casi todos son todavía reptiles. Pocos, muy pocos, aspiran a pájaro —aquí o allá, entre lo que repta, babea, acecha, envenena, en algún rincón oscuro, y a veces sin haberlo deseado, por alguna causa ignorada por él mismo, alguno empieza a transformarse, a ver, con extrañeza, que le crecen plumas, un pico, alas, que ruidos no totalmente odiosos salen de su garganta y que puede, si quiere, dejar atrás tod
PERIQUITA De Dafne Casoy Ya falta poco para llegar. Me duele la cola de estar tantas horas sentada. Tengo los pies torcidos por todos los bolsos que metió mi mamá en el auto; contra mi apéndice golpea en cada pozo el nuevo televisor color con el que pienso adueñarme del canal de dibujitos durante todo el verano. Por ser la más chiquita, siempre me toca el lugar m·s incómodo. A mi abuelo se lo ve contento, sin ninguna sombra de las preocupaciones de la fábrica; las dejó bien atrás, antes de subirse al barco. Mamá toca bocina a modo de saludo y mi abuelo le aprieta la mano encima para que suene una pequeña canción. Sale el jardinero a recibirnos y reparte besos con su cara sudada por el trabajo que acaba de interrumpir. Entre todos bajan las cosas del auto, los dejo con la impunidad de mis seis años y corro hasta el jardín. (1)Busco entre los árboles. Nada. (2)Corro hasta las reposeras. Nada. (3)En un rincón mi abuelo, con el ceño fruncido, charla con Luis, el jardinero. Parecen malas no
El tiempo en la poesía y en el relato. Envío dos poemas disímiles que tratan, sin embargo, un tema semejante. Intento mostrar a cómo se cumplen acá también las funciones del relato, aunque de manera distinta. A veces, el escritor prefiere no contar, sino expresar un sentimiento, pensar, dialogar consigo mismo, jugar con la riqueza de significaciones que las palabras le van sugiriendo y explorar el sentido de lo que va diciendo, como un observador del lenguaje que lo arma y rearma a la manera de un rompecabezas. Entonces, escribe un poema. El pacto de lectura de la narración exige creer, suspender la realidad inmediata y entregarse a “producir” con la imaginación el mundo representado, creado por el autor a partir de la máquina del tiempo puesta a funcionar. En cambio, lo que se cuenta en el poema raramente da lugar a un tiempo de ficción, a una sucesión temporal. Son pantallazos, visiones, momentos de un sueño, escenas que tienen, en cierto sentido, valor de ejemplos poéticos, metáfor

FALTA DE VOCACIÓN de Antonio Di Benedetto

Si se encuentran en el centro, al final de la mañana, vuelven juntos. Don Pascual le ha alquilado el departamento de atrás, es decir, de atrás de u casa, en el pasaje Romairon, y las mujeres se entienden, a pesar de la diferencia de edad. Además, a Segura le gustan algunas cosas que puede hacer con don Pascual, como jugar a las bochas, por ejemplo, o tomar de aperitivo un par de empanadas con vino blanco muy frío. Conversan mucho y están de acuerdo. Sin avisarse el uno al otro miran en el mismo instante y ven al hombre que cae, de un piso altísimo, con un largo grito de miedo. El cuerpo contra el suelo hace un ruido aplastado, y se acaba el grito. Don pascual y Segura quedan magnitizados. Segura, sin salir del trance, balbucea: -Primera vez que me ocurre. Después, en casa, puestas al tanto las dos mujeres, revisado y comentado el acontecimiento, don Pascual se recuerda y reclama: -¿Por qué dijo “Primera vez que me ocurre”? ¿Le ocurría a usted, acaso? Segur

El tiempo del deseo: Jelinek

DESEO Jelinek (Envío un fragmento con el final de la novela Deseo de Elfried Jelinek. Casi todos los tiempos verbales están en presente o en subjuntivo y muestran el deseo de que algo suceda; o bien directamente en futuro, con la certeza de que algo va a suceder. Muy raramente Jelinek se refiere al pasado y lo hace con el pretérito imperfecto, o con el perfecto; no encontré el indefinido, típico del relato, que acá es siempre en presente. A veces usa el imperativo, como si la narradora les hablara a los personajes. Precisamente, me pareció interesante el/la narrador/ar que apenas aparece y que casi siempre habla en plural, es un “nosotros” -los lectores que vamos acompañando a la narradora en su escritura-. Al final, también la narradora/or dialoga con nosotros). El director habla de con cuánta variedad de ideas frecuentará a su mujer después y los próximos días. Necesita agitación arriba, en su oficina, para que abajo su rabo se satisfaga y pueda dejarse atrapar por la mujer. ¿Quiz

Saer: el tiempo subjetivo

Lo imborrable Juan José Saer Pasaron, como venía diciendo hace un momento, veinte años: anochece. Día tras día, hora tras hora, segundo a segundo, desde que, por entre sus labios ensangrentados me expelió, inacabado, a lo exterior, esto no para, continuo y discontinuo, a la vez, el gran flujo sin nombre, sin forma y sin dirección —pueden llamarlo como quieran, da lo mismo— en el que estoy ahora, bajo los letreros luminosos que flotan, verdes, amarillos, azules, rojos, violetas, irisando la penumbra en la altura sobre la calle, en el anochecer de invierno.Y encima, más que seguro, en estos tiempos, casi todos son todavía reptiles. Pocos, muy pocos, aspiran a pájaro —aquí o allá, entre lo que repta, babea, acecha, envenena, en algún rincón oscuro, y a veces sin haberlo deseado, por alguna causa ignorada por él mismo, alguno empieza a transformarse, a ver, con extrañeza, que le crecen plumas, un pico, alas, que ruidos no totalmente odiosos salen de su garganta y que puede, si quiere, deja

Habla Di Benedetto

Habla Antonio Di Benedetto sobre "Zama" "De Zama primero tuve claramente el final. Pensé: ¿Y ahora qué le pongo adelante? Me dije: este final es la consecuencia de algo... Tengo que descubrir lo que hay adelante. Adelante estaba yo o el que creía ser yo o el imaginado yo. El yo que estaba descubierto era e hombre angustiado. en una espera desesperada. A ese hombre lo mandé al pasado. para representar la sensación de nada y de vacío. Ya tenía el libro necesitaba concentrarme ponerme a pensar. Pedí licencia en el diario. Veintiún días. me encerré. Escribía todo el día Terminé dos capítulos de la novela. Pero me faltaba el tercero. Pedí a "Los Andes" ocho días más y en una oficinita arrinconada terminé el libro. En el último tramo usted verá un cambio de estilo. Los primeros capítulos son de frases amplias; el último de frases breves, escrito muy rápidamente. Así nació. Así hice Zama." sobre la muerte "Un sueño persistente que tengo es este: yo subo

BIENVENIDOS!

Si pueden leer esto es que lo logramos. A partir de ahora podemos seguir en contacto con Hebe y recibir su guía espiritual a distancia. Veamos qué resulta.