De Piazzolla al Zorzal
¿Por que la sonrisa de Gardel? ¿Qué felicidad comparten el poeta, el músico, el bailarín, el cantor? ¿Hay un goce inefable más allá del dolor y el placer? La música del verso ha sido destronada por poetas y escritores demasiado lúcidos como para llevarles la contra. Algunos, en su lugar pusieron la Pasión (Macedonio Fernandez) o la realidad y el humor (Educardo Wilde). O la tensión, como Alberto Girri. Otros, como Gombrowicz o Platón, renegaron del poema y a otra cosa. A mi se me ha dado por reivindicarla. El argumento principal es la espontaneidad del canto; a veces, lo inevitable de su aparición... BYRON REVISITED de Alberto Girri, 1964 (fragmento) Primero el simple, fiel reconocimiento de esos que se guían por lo que sienten, lo que creen sentir y cuyo tributo es aercársele como para tomar una flor, recapturar briznas de cantos, como enamorarse y cándidamente arrojar luz en devotos fragmentos, fósiles, la amarilla fronda de un alma presa del tedio, aislada en su privilegio de amista...